jueves, 17 de septiembre de 2015

DONDE MUEREN LAS NUBES


















Acaso no haya nada más
que este crujir de huesos contra el asfalto
que nunca alcanza
este descanso merecido
por caminar calles angostas
donde acaricio leves sonrisas
donde puede aparecer un presagio o una invocación
por doquier caricias de breve mirada,
bajo los ojos hacia donde mueren las nubes
donde me acompañan hasta el cansancio merecido
el día medio tuerto renace en cada esquina
y concedo a mi ser
la exhausta paciencia de la flor
que vibra en cada cielo y en cada certeza
que dejo escapar para que pueda volver libre
cuando quiera.

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