domingo, 9 de julio de 2017

No sé si alguna vez pensé en cómo sería mi vida
pero ésta no es la vida con la que soñé.
Pensé que si me paraba al borde del camino
todo seguiría sucediendo según su curso habitual
sin embargo, un ruido como de ruedas
chirriando una y otra vez contra el asfalto
me recuerda el sueño del conductor
y como todo se acaba cuando cierras los ojos.
He de rescatar todo lo que no escribí hasta este momento
el silencio miente,
miente su vacío.
Me quedé muy quieta
apenas daba cabida a la respiración
como a un animal acuático
me salieron branquias
y olvidé
olvidé todo lo que había aprendido.

Parece que esto sucedió en un tiempo mítico,
casi inexistente
pero la luz azul del crepúsculo
me recuerda cada día -provocándome un leve mareo-
que el mar sigue chocando contra las costas
lejos de aquí, pero insistentemente.
Porque ya no sueño con otro mundo
he dejado de escribir
sin esa posibilidad
me aferro a la coherencia con el mundo
que palpita en las flores
pero las flores se marchitan
¿habrá lugar para otro mundo entonces?