lunes, 7 de septiembre de 2015

LAS LUCIÉRNAGAS Y LA NOCHE


















He de permanerme unida
hacer de mí un ser de agua-fuego-tierra
-entrañas-
el viento siempre viene de cualquier lado
el viento anida en las calaveras de los animales sagrados.
Cuando dejé de contar tu nombre
llegué a mis días como pájaro equilibrista de las nubes
anudé a mi garganta cien mil luciérnagas de dulce voz
para no repetir palabras en desuso
esa lengua de silencio mordedor
esa lengua que precedía al desastre que ansiábamos: llegó.
Ahora camino con mis luciérnagas los nuevos días
presiento una voz nueva que ramifica mil ocasos para ti
pero escucha, no la tengo miedo,
he pactado con ella la noche.

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