domingo, 25 de noviembre de 2018

Quisiera que tus ojos no terminasen

de expandirse nunca, como una suerte de río

o de mar o quizás el océano

quisiera que tus pasos no terminasen

de llegar nunca, como una suerte de viaje interminable

o una bandada de aves en el cielo

quisiera para tus manos un tejido

de otras manos, para que nunca te cansases de ti

pues estarías en tanto con los otros

quisiera para tu cuerpo el abrigo

de otros cuerpos, como un planeta

complejo y redondo o terminado

quisiera para tu voz un cántaro de agua fresca

quisiera para tu quejido un crujido de huesos

tan real que no pudiera negarse y una palabra cercana

como la caricia que cura la fiebre

quisiera para ti una vida digna de ti

y para mi quisiera siempre el regalo

de tu compañía tranquila y vibrante.
Quisiera una lluvia de estrellas para tus ojos

un vasto mundo de colinas interminables

el cielo todo abierto al sol

o unas huellas de arena en el mar.

Todo esto es lo que deseo, pero no basta.

La realidad pone luces de navidad a su antojo.

Quisiera que todo fuera como imaginamos

pero imaginar no basta: las ramas secas

entrelazan su suerte a la del cielo

mientras clavan su raíz en la tierra.
La mirada: un ojo que flota sobre mí

mientras yo voy dormida por calles imaginarias

he vertido el agua azul en el prado verde

sin importarme las consecuencias.

Hoy el mapa ha desaparecido de mis manos

hoy el hambre ha encontrado su ser

hoy me quedo, hoy permanezco en mí

por raro que parezca el escenario.
Dejaré de buscar

dejaré que me encuentre.
Con la primera luz

busco mis ojos

pero están cerrados

en la noche

como una concha

en una calavera.

Dibujo sones amarillos

para el banjo de la noche y sus estrellas.

lunes, 3 de septiembre de 2018

Respiro levemente el aroma de la brisa

dentro de los confines aéreos de la calma

como algo inagotable que termina

recibo el pan sagrado de tu vientre

y la mirada altiva de la estatua

camino días escurridizos como pez

resbalando en aceras conocidas de otro tiempo

pero el día siempre vuelve y lo alabamos

porque la vida late en tus pasos de cartón

en las zapatillas crujientes de organdí

en el mundo que nos acecha y nos muere

reviviéndonos luego como manos palomas

para salir al encuentro del vuelo insospechado

como libres ángeles negros de la palabra desconocida.

lunes, 20 de agosto de 2018

Venimos de una estirpe de raíces ancestrales

escuchamos el sonido del viento sobre los manantiales

y nos susurra vestigios de las ruinas de Roma

puede ser por eso que no respondamos a nuestros nombres

pues si el destino de los hombres se encuentra junto al de los demás hombres

¿por qué habríais de apartarnos?

Huimos de las sombras que han de hablar

de aquello que escondéis y que gusta de perseguirnos

somos aquellos a los que no supisteis educar en sociedad

porque no os importábamos lo suficiente o porque os venía bien así

-lo mismo dá-

normalicemos su situación y llamémosles enfermos, locos, dijisteis

mientras buscabais el lugar donde había habitado un corazón

una bandada de pájaros voló y se posó en un gran árbol

y dicen que sus raíces son doblemente su altura visible.

Venimos de una estirpe de raíces ancestrales

ningún genoma ha conseguido demostrarlo.

RENO


POÉTICA JULIA