domingo, 7 de julio de 2019

NO SIGO ALLÍ




















Por un momento en tus ojos levanté las faldas del mar



y escuché

lo que anida en su fondo oscuro

aún así seguí sin saber lo que vive en tus ojos negros.

Por eso espero la llegada de las aves migratorias

en el mismo lugar

continúo sentada en la balaustrada

pero ya no alargo mis manos para tocar el sol

solamente seduzco a los tranvías y a sus pasajeros anónimos

desde aquí

como si ésta fuera la única vida que tengo.

-Tú no marcharás

mas yo me iré

tú te quedarás

mas yo no permaneceré.-

Bajo la espesa niebla de tus ojos

me veo: estoy sentada en la balaustrada

los rayos de sol no me dejan ver

una mancha blanca en la mirada

son tus ojos, como el amanecer

más frío y blanco que las cumbres.

Por eso y por todo lo demás que huye como los pájaros

me doy cuenta de que estoy sola

-incluso el paisaje se ha ido-

son las ruinas huecas de una cáscara de nuez

mis pensamientos y comparto contigo

los pedazos rotos de sus semillas aéreas

una vez más los tranvías son tan blancos

como tu tez y el pálido sol de diciembre

una mancha en tu mirada es la vida

las ruedan giran a tu alrededor

como un mantra infinito donde no hay lugar

más allá de las galaxias

donde no hay lugar más allá

de las estrellas nevadas.

Escucho el tintineo de la lluvia metálica

que va llenando tu corazón para regar

desde tus venas abiertas las somnolientas margaritas del verano

y vuelvo mi rostro hacia el cielo

como queriendo decir algo

vuelven aquellos animales alados

a compartir nubes contigo

por si encontraras allí la respuesta al enigma

como si las palabras fueran cláxones

y los micrófonos estuvieran callados.

Recibe al visitante desde tu puerta

puede que sea el enviado azul

que siembra tus noches de color púrpura

al unirse la luz y la oscuridad

dicen que no, que no es posible

pero mi rostro se ha borrado

como una pintura de tiza bajo la lluvia metálica

y las pisadas no conducen a ninguna parte.

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