sábado, 26 de octubre de 2013

WILBUR SE QUIERE SUICIDAR


























Suena trágico y el suicidio así, a secas, lo es. Pero en esta película el tema está tratado con mucho humor… No creo que pretenda, de hecho, tratar el suicidio en sí, o tal vez en parte. Pero lo que refleja la película por encima de esto es la necesidad y la posibilidad de encontrar el antídoto (no mágico, ni definitivo, por supuesto) a ciertos males crónicos que nos aquejan, como la tristeza, la soledad, la injusticia social. Así, Harbour, optimista redomado y el único hermano de Wilbur dice en un momento de la cinta: “es bonito que las personas se unan cuando no tienen a nadie”. Harbour, pendiente en todo momento de las crisis de su hermano, regenta una librería que ha heredado de su padre y Wilbur debería también hacerse cargo de ella. Como se puede imaginar, esto no figura entre los planes de Wilbur, entregado por completo como está a maquinar otro tipo de planes. Sin embargo, para bien y para mal, la vida da giros inesperados; a veces, vueltas de tuerca.

Personajes muy auténticos, diálogos perfectos, frases dignas de recordar, ternura, estupidez, bondad… Son algunas de las cosas que me vienen a la memoria cuando recuerdo esta película. A veces, pasan cosas que no queremos y cosas que no podemos evitar; a veces, no podemos elegir. Buscando la felicidad, a saber con lo que uno se encuentra. Buscando la propia muerte, ¿qué nos puede salvar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario