lunes, 23 de enero de 2012

SIN ANESTESIA

Yo quiero vivir sin anestesia es lo mismo que decir
quiero darme cuenta
del dolor de la pena de la alegría de la felicidad
quiero encender la linterna y destapar los agujeros llenos de cemento
penetrar y descubrir lo que hay a través o más hacia el centro
descender los peldaños y llegar hasta ese espacio recóndito de mi mente corazón
donde caminaré por subterraneos, quizás grises quizás pintándolos con color
levantarme de mi butaca, abrir las cortinas del decorado
subir las persianas de ciudades escondidas tras las ventanas ya encendidas
Sentiré entonces como cruje el silencio en la punta de mis dedos
y un soplo de viento avivará el fuego de la memoria
con la luna colgando del cielo sempiterna

Quiero atraverme a pisar la arena seca del desierto
y la hierba tibia de los prados
tomar las riendas (si es que hay riendas)
y montar a lomos de un caballo alado
ver los corales del Mar Rojo
sin ser buzo, aunque no pueda mirarlos
¿cuál es la utopia? Me preguntaré entonces ¿esta
o aquella otra a la que sacan lustre los limpiabotas del mundo-mercado?
Si la libertad existe es en última instacia esto:
poder elegir también lo que no es cierto
moneda de cambio la imaginación,
soñar despierto y dormir bien por las noches
poder no tener ni idea de lo que está pasando
pero pasar con ello a lomos de un gigante medio tuerto
La contradicción engendrará nuevas estrellas
que brotarán como ojos abiertos
en el cielo inmenso y vastísimo del universo, en cada átomo

Si todo esto no sirviera de nada ¿para qué?
Finalidad hundida en los pliegues de mis manos
porque si no escribo no vivo
porque si no uno no sabe lo que tiene dentro
aunque eso suponga desvariar a veces
nuevas estrellas están brotando como ojos abiertos
como mirada que se encuentra con otras miradas
como palabras que se ingieren, palabras también habladas.

1 comentario:

  1. ¡valiente! caminar sin anestesia, ni muletas de certezas huéspedes... ¡toma!

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