martes, 7 de septiembre de 2010

MI PEQUEÑO FAUNO




Te llamo mi Fauno precisamente por eso, porque aprendiste todo esto hace mucho tiempo: la resignación, la frustración, el desencuentro y lo entendiste como algo necesario para espantar los corrimientos de tierra y evitar los derrumbes de fabulosos castillos de arena.


La espera en las llanuras de los bosques que habitas, oráculo de profecías de los dioses que se manifestaban en los sueños o con voces sobrenaturales, te permitió promover la fertilidad del ganado y de la agricultura. Invocaste el relámpago desde el cielo y purificaste las cosas con el golpe del rayo cuando yo era todavía una ninfa.

1 comentario:

  1. siempre ha sido desde tiempos inmemoriales que las ninfas fueron las grandes artífices de bosques, ríos y castillos de arena también. Los faunos sólo aprendimos lo que las ninfas ya sabían y quisieron enseñarnos. Por eso les damos las gracias

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