Ayer escuché bajo nuestra almohada
el canto hueco de un grillo verde
creí que era una llamada cálida de la naturaleza
pero después me dí cuenta de que
hace mucho tiempo desde que solo veo el río de nuestra infancia
cuando cierro los ojos e imagino.
Ayer escuché bajo nuestra almohada
el canto hueco de un grillo verde
creí que era una llamada cálida de la naturaleza
pero después me dí cuenta de que
hace mucho tiempo desde que solo veo el río de nuestra infancia
cuando cierro los ojos e imagino.
Camino en calma
sin trabajos pendientes hoy
sin murmullos de palomas mensajeras
-qué vendrán a decirme mañana
cuando acaben las sombras de ocultar la claridad-
el crujido de mis pasos sobre las hojas secas
me devuelven al presente
y siento que algo está creciendo en mí
que quiere decirse sin prisa
poco a poco, camino en calma
y mis huesos no duelen:
me muestran el camino.