Por qué la vida de siempre al otro lado acurrucada
como se tumban los dóciles esparciendo mansedumbre
me levanto sin la corona de formol y me pregunto
la ceguera levanta tantos tabiques como manos tenemos
para pagar las cuentas incontables con una existencia insolente
monte inflado como la tripa de la embarazada cubierto de nieve.
Llévame de la mano sin verme, llévame donde sepultamos tanto anhelo
quisiera llevarte donde la certidumbre desclava su estaca
como si vivir fuera todo aquello a lo que cantamos libres
VIVIR fuera todo aquello que el viento no ha parado de querer tapar
cualquier indicio de sombra compra un billete de vuelta
querer decir lo que es inapropiado para tanta sed derramada
dime tú que vas conduciendo y está bien, dime que sigues comiendo y está bien
o mejor, no me digas nada y que todo siga igual.
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