Parece que las luces se han apagado
sobre el escenario flota
la sensación inerte de las sombras
pálidos rostros acuden
y desempolvan sus libretos
interpretan la melodía cansada del hastío
aquellos que rieron
se niegan a llorar
con el tono totalitario de los vencedores
que no tuviera nada que ver con aquello
sobre lo que se cierne el velo
y los oculta
como si creyeran que antes de dormir
hay que rezar a Dios
lo que no está escrito
te dan las buenas noches
sin nada que perder
sin nada que perder
las sombras huyen despavoridas
ayer pisé una polilla
y sentí un asco y una pena anterior
verlas desde entonces posadas o muertas siempre
en el quicio vespertino de este lugar
invierno frío que las trajera,
imán de puertas cerradas.
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