Quisiera que tus ojos no terminasen
de expandirse nunca, como una suerte de río
o de mar o quizás el océano
quisiera que tus pasos no terminasen
de llegar nunca, como una suerte de viaje interminable
o una bandada de aves en el cielo
quisiera para tus manos un tejido
de otras manos, para que nunca te cansases de ti
pues estarías en tanto con los otros
quisiera para tu cuerpo el abrigo
de otros cuerpos, como un planeta
complejo y redondo o terminado
quisiera para tu voz un cántaro de agua fresca
quisiera para tu quejido un crujido de huesos
tan real que no pudiera negarse y una palabra cercana
como la caricia que cura la fiebre
quisiera para ti una vida digna de ti
y para mi quisiera siempre el regalo
de tu compañía tranquila y vibrante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario