La tierra toda estaba mojada
ondulantes dunas y planas playas
paseé con los pies descalzos,
dicen que la sal cura las heridas.
La tierra toda estaba mojada
el oleaje del mar arrastró las algas
pequeños peces de plata y gaviotas, el cielo.
Quise dar ese paseo a solas
no tenía miedo, me sentía con fuerza suficiente
quizás fue la sal: me estaba curando, me curaba
¡Libre, me sentí libre!!!
Para seguir, para volver, para cambiar.
La brisa señalaba el camino, rozaba mi piel
los pies mojados pisaban la tierra
fuertemente instalados en su raíz.
El cielo era para volar -una cometa, mi pelo-
el agua era para nadar. Este año no hubo hogueras
en la noche de San Juan. Pero el fuego purifica.
Debió de ser el fuego el que me trajo hasta el mar.
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