He buceado la luz
sedienta de destellos
visionaria de los cristales rotos y los espejos
he vaciado mi ser allí
donde especulaba un rayo
he cantado a los andamios
en soportales sucios y vacíos
en extinguidas cabinas de teléfonos
soñando con el aire
que roza la piel quemada
escarcha de mil inviernos cercados
por mil veranos.
Siempre estuvo allí
al otro lado la sed
en pupilas quietas
en los páramos oscilantes
me pierdo entre semillas arqueadas y aéreas
como el fulgor incierto de la amapola
buscarme en la sombra de las cosas
cuando era inevitable que sucediera algo.
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