sábado, 14 de noviembre de 2015

VERDE MENTA

Afloró la mancha verde, verde menta
he habitado las entrañas de la noche para evadirme de ella
he filtrado hilos de luz en mi mente
para deshilvanar la trama encerrada en esta
he atado dientes de marfil a la noche acorazado
tengo guiños en las manos como si escribieran en morse
me habitúo a las nuevas formas desorientadoras del vivir
enciendo la vela del deseo y la dejo velar por nosotros
para absorber todo el oxígeno de mis venas queden ecuánimes
de la culpa como del hastío
desoriento mis dedos en la ruta de mis palabras
ahora absorbo vibrantes cadencias de melodías innatas
ciertamente soy más torpe cada día y mi ceguera
me engaña, me dice que sí es verdad: cada día
todo es más lo que parece y no al contrario
recito ojeadas dunas y permanezco intacta en lo alto de mi cactus azul
para llorar las noches largas donde no hay sueños que dormir
donde una vereda me receta mi anclaje y ruedo por ella como un canto rodado
pienso las margaritas como un autómata piensa su maquinal paso (en absoluto lo pienso)
merezco la vena engarzada por el paradigma del océano,
por la amenaza de la tormenta, por el puntiagudo relámpago
escasea la muerte por aquí, he de buscar otro lugar menos amenazante
he de permanecer intacta en lo alto de mi cactus azul celeste
tierra baldía de escarcha y de nieves-angosto pesar
si tan siquiera pudiera eludir mi responsabilidad y compromiso
permanecería en la cicatriz del verso inacabado.

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