Tengo palabras encendidas en la punta de mis dedos
surgen como fogonazos de linternas
en la oscuridad alumbrada de los días
quieren entender de dónde viene su anhelo
atinando sólo a nombrarse sin señalar
insisten en la ardua tarea de enredarse
unas a otras sin hallar forma geométrica
sabiéndose desamparadas quisieran desaparecer
pero apagándose estas se encienden otras
tras las ventanas del anochecer y enseguida
deciden continuar como fogonazos de linternas.
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