Al principio dolía un poco
las yemas abriéndose camino desde el corazón de las ramas
-la vida empujando para nacer-
las semillas revoloteando como aves sin dominio del viento
las nubes peleando con el sol por un espacio en el azul del cielo
tormentas inesperadas, el gris apoderándose del exterior de los paraguas.
Después, como sin darnos cuenta,
una explosión de vivos colores
los abejorros hambrientos vinieron a libar las flores.
Ahora que el cielo está raso y el sol ya no pica
salgo a sentarme afuera
la brisa me acaricia, el polen juguetón me hace cosquillas
y continúa su camino aéreo.
salgo a sentarme afuera
la brisa me acaricia, el polen juguetón me hace cosquillas
y continúa su camino aéreo.
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