Para llegar hasta aquí.
¿Cuántos mares he recorrido?
Sin hoja de ruta, sin salvavidas, sin red.
Me abruma a veces su distancia
cuando está realmente tan cerca
como Sherlock Jr. de la espalda de su objetivo
y es que no hay reglas ni mandamientos
relámpago de tiempo ausente en las cosas
tormenta de un delirio más acariciado que el terciopelo
en mi ceguera de los otros, en su presencia permanente.
No tengas paciencia, esto acaba de comenzar
y como todo no será pospuesto
flor de campanilla abierta a la luna menguante
en la mañana de sol naciente
el día entero sorbiendo rocío de sus pétalos
como si el sueño fuera la utopía de la que huimos
como si la realidad fuera el mástil al que nos aferramos
¡somos lo que estamos creando!
Me pongo una máscara que voy pintando sobre mi rostro
para celebrar la fiesta de la fornicación con lo que vivo
vibro y me excedo en el placer de la contemplación
estática de tu cuerpo ausente
ya hablé de la ausencia permanente dicha
de nuestra distancia sobre las hojas, el papel, el incienso, la mirilla.
En este punto me doy cuenta de que no era esto
de lo que yo quería hablar
en medio del laberinto, volveré al principio
para llegar hasta aquí
-enturbia la mirada-anfibio-
¿cuántos mares he recorrido?
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