sábado, 25 de octubre de 2014

LAS FAROLAS





















He de escribir sin sábanas blancas que aterciopelen mi sueño
desterrar esa estrella plácida y brillante que me acaricia
salir corriendo de esta habitación que ocupa tanto espacio
vacío, he de saltar al vacío de la palabra que no llega
irla a buscar allí donde no busqué antes
donde creí que no había nada que decir
he de decir que NO PIENSO MORIR
que si este otoño se viste de hospital
me taparé los oídos para no escuchar el ruido de las jeringuillas
mascullaré una escapatoria toda la noche vigilante
como si el bosque se estuviera incendiando tras los cristales
anudaré las sábanas blancas para que no aterciopelen mi sueño
y descenderé hasta el campo abandonado que hay detrás
correré como nunca antes he corrido
como si no tuviera miedo
no se a dónde me puede conducir este camino
quizás las farolas en las que se enroscaba mi pena
me devuelvan otra luz a mi vuelta
o quizás se hayan apagado todas
y por fin pueda dormir a cielo raso.

jueves, 23 de octubre de 2014

EL PARACAÍDAS

Sin referencia espacio-temporal
¡oh, lo que brilla!
cayendo en paracaídas
yo no soy eso
mi ser está más acá.

SURCOS EN LA ARENA

Puedo hablar de los surcos
que traza el agua en la arena
puedo hablar de aquello
que hay tras los arbustos en la noche
sin ningún fin
sin ninguna finalidad
sin ningún por qué
fui arrojada a un abismo blanco
pero una voz alada de mil colores y uno solo
me sacó de allí.

Puedo hablar de los surcos
que traza el agua en la arena
y de los mares que bañan la arena
puedo hablar de aquello
que hay tras los arbustos en la noche
y de la noche que baña los arbustos
con su oscuridad.

VERSOS ENTRECORTADOS

Hablaba con versos entrecortados
como si un martillo de goma
golpeara las palabras
al salir de mis labios.

Hablaba sin entenderme
entendiendo algo que estaba más allá de mí
algo tan corpóreo
que se sustraía a mi propia conciencia
queriendo existir por sí mismo,
lejos de mí.

sábado, 4 de octubre de 2014

Para que algo brote de mi centro
me embebo de imágenes de poesía
son más blancas que los copos de nieve
si pudieran tocarse serían como filos de glaciares
sin embargo albergan algo cálido y vivo
como un pequeño corazón de pájaro
abre sus alas
ya se va
como síntoma de otro invierno frío
como si nunca hubiera existido
o allí a lo lejos veo su estela.
No escribas la fecha, escucha
no a veces, todos los días
inhalo vapores de incienso, oro y mirra
no me gusta hacerlo
pero es necesario
nunca te he hablado con certeza de lo mío
yo también huyo de las predicciones
y del predicador.
Cuando amanece
intento buscar
ese haz de luz
que no se parece
a ninguna otra cosa.
Si existiera una certeza
sería vaho en los cristales.
Pienso que es difícil
contarte lo que siento
sin mentir un poco
sin hiedra liquen o flor
sin cicuta y sin zumo de moras silvestres
sin ese gris del cielo
pero hablemos, se puede intentar
escapar de los atascos
apagar el móvil
dormir doce horas seguidas
no mirar las luces de navidad
acaso tú venías de otra ciudad
poblado de sueños con búfalos
si vinieras del espacio exterior
como ese meteorito que chocó contra la tierra
yo habría vivido ya dos vidas a tu lado
después de no saberme desconocida tuya
quizás menos desconocida mía
podamos hablarnos como dos buzos
“mira esa estrella de mar
que tanto se parece a esas otras
que colgaban del lugar de donde vienes.”
Ya no se hablarte de corrido
como una novela larga
narrarte tantos acontecimientos sucedidos
a veces me cierro
como un libro que no has terminado de leer
como una estrofa inacabada te miro
y, claro, es difícil encontrarte el final.

EL ÁLAMO SIN RÍO

Ya no busco en los mapas
sitios en los que recalar
mi casa está sitiada
como un álamo en la ribera
tú te asomas a veces por la ventana
y yo escucho el mismo sonido fluvial
pero tú te das cuenta de que el río
ha desviado su cauce
y yo lloro porque me reconozco
álamo solitario
en la antigua ribera
de un río desaparecido.