A A. Pizarnik
Con tus flores muertas, decapitadas
como pétalos fragantes de la palabra perdida
me hice una diadema de mediodía
en la plena oscuridad de la noche infinita
enroscado mediodía
en plena hora incandescente
me hice un traje tan liviano con tus palabras como flores
caminé ciertamente sonámbula
embrujo solar
pasos iluminados sin estela
como si todo fuera sueño
excepto esa noche colgada de mi pelo
mientras camino un haz de luz
¿y cómo es que no he nombrado el silencio de tu voz?
¿y cómo hemos llegado hasta las alturas nubes oscilando como espuma de mar?
Tú no, tú dices: “Hay cólera en el destino porque se acerca, entre las arenas y las piedras, el lobo gris.”
caminé ciertamente sonámbula
embrujo solar
pasos iluminados sin estela
como si todo fuera sueño
excepto esa noche colgada de mi pelo
mientras camino un haz de luz
¿y cómo es que no he nombrado el silencio de tu voz?
¿y cómo hemos llegado hasta las alturas nubes oscilando como espuma de mar?
Tú no, tú dices: “Hay cólera en el destino porque se acerca, entre las arenas y las piedras, el lobo gris.”