viernes, 22 de noviembre de 2024

ROSA VESPERTINA


 












Y yo sin saber que volveríamos a mirarnos con la punta de los dedos encendida.

No imaginaba que seguías siendo quien me despeinaría los pétalos y me haría sentir como si yo fuera una rosa vespertina.

Quizás olvidé cómo eras y quién fui yo cuando nos conocimos.

Quizás una nube de arena se posó en mi memoria. Y los párpados se cerraron como si ya no estuvieras. ¿Qué hacías tú durante ese tiempo? …Quería preguntarte.

Porque el olvido es como ese desierto por el que nadie transita.

Querría preguntarte: ¿Dónde te fuiste mientras yo escondía la ilusión en el cajón de la mesilla?

Sé que mirabas fotografías nuestras de hace tiempo que me querías enseñar.

Y yo anclada en un presente a la deriva prefería escuchar el sonido de la lluvia y pensar que aquello era escuchar el eco de tu voz.

Porque ponía el énfasis en la monotonía del silencio de los regalos que no abriríamos con el pesimismo obcecado del dolor. Y buscaba en vano el brillo de la luz en las alas de las mariposas, dormidas en invierno.

Hoy sé que la prisa me hizo correr sin rumbo hacia un lugar estéril, donde solo crecían cactus que no daban flor. ¿Prisa por qué? ¿Prisa para qué? La urgencia es un modo de supervivencia. Disfrutar lleva más tiempo.

Hoy que me he levantado de nuevo junto a ti, que reconozco tus manos cuando se encuentran con las mías, digo tu nombre sin esconderme de ti porque sé que eres tú.