viernes, 31 de mayo de 2024

EL VÉRTIGO

El abismo es acercarse a la verdad
de que te quiero pero que nos llevamos tantos años
queriendo y desarmando, desalmando también.

He encontrado tantas razones que ninguna me vale
para decirle adiós al manco, este tiempo desvaído 
que se olvida de dar cuerda a los relojes.

Que me faltan muchas manos para destejernos
como una costurera que no entiende de remiendos 
voy corriendo a buscarte y te encuentro diferente
en otra órbita, otro sol, otro universo tan cercano 
que se alejará silente, como el árbol caído
sufro el vértigo del miedo de no poder tenerte.

lunes, 27 de mayo de 2024

TARDE DE DOMINGO

En la soledad de esta tarde de domingo, leo.
Mis lágrimas se encogen dentro de la garganta.
Yo las digo: “salid, no temáis”.
Algunas se escapan cayendo sobre mi mejilla izquierda, otras caen por el lado derecho de mi nariz. 
No tiene ningún sentido más
hielo que se funde con el calor de las palabras desconsoladas que también leo.

COSMOLOGÍAS

 



















Imagen en la portada de La Furia, María Sotomayor.
Ilustración de Brianda Fitz-James.


Mis tiernas manos, ¿cómo habréis de separaros
la una de la otra como en un bigbang?

Mi furia entiende de cosmologías.
Prefiere,
aunque le señale yo la rosa,
saltarla a destrozarla.

domingo, 26 de mayo de 2024

EN UNA JAULA ABIERTA

 











Xavi Muñoz. Captura libre.


Demasiadas palabras metidas bajo las costillas
reúno el coraje y una voz se marchita como una flor se seca
mientras susurro este aire
me doy cuenta de que estoy todavía en casa
y el aire -aunque no nos separa- está contenido y es el mismo aire,
las ventanas abiertas, entre las mismas paredes, el mismo aire, la puerta de casa también se abre y se vuelve a cerrar.
Pero ¡ay! Las plantas, regadas, crecen en sus respectivas macetas. Pero ¡ay! El horror de la lejanía.
¿Dónde el silbido salvaje del viento que crece el aire y ondula los campos?
¿Dónde el estallido?
Demasiadas palabras atragantadas en una jaula abierta.


“Toda verdad es curva, el tiempo mismo es un círculo”.
Así habló Zarathustra, F. Nietzsche.

Sobre El Eterno Retorno: