La unión de lo imposible
se hizo fuerte en el alma de la bestia
perseguía su anhelo
por aceras desgastadas y senderos que raspaban
quiso ser una con ellos.
Pasó el tiempo y su alma se hizo más blanda
sus ojos ya no miraban hacia atrás
sus pasos la guiaban en braille
sin buscar entre la melancolía volvió sus ojos a la luna,
brillante y clara como un manantial, le dijo así:
“soy lenta pero te he encontrado después de tanto tanto tiempo
no has cambiado nada, reconforta que te mantengas fiel a ti misma”.
La luna le respondió: “yo también soy lenta
siempre seguí tu caminar. Te veo y te vi.
Tu alma es como un pájaro ahora, tierna y ligera.
Podrás llegar hasta aquí.”
La bestia lloró lágrimas calientes y dulces
despacio, sin prisa; pero para qué quería volar…
Si entendía que siempre había estado su alma unida.