Te esperaba
brincar allí donde las rémoras
recuerdo mi
osadía loca
te esperaba
brincar allí donde los barrotes
recuerdo que me
reconocí en tu mirada ausente
pensé en
cualquier otra cosa
y no acerté a
saber
porqué las
sirenas con su canto
nada tenían para
ti
claro, esos seres
míticos abigarrados de tiempo fluvial
deshojando margaritas
para el silencio,
para la llegada
no sirven
cervatillos alegres
mas aparece de la
forma más humilde
con su mochila a
la espalda
y la deja junto a
la mesa del ordenador
donde ya me
hallaba buscando otras rutas
de navegación.